Un hombre italiano, Filipo Bernardini de 29 años estuvo impersonando cargos dentro de mundo editorial en el mundo para hacerse de 600 manuscritos de diferentes autores haciéndolos pasar como suyos.
En una corte de Manhattan se ha declarado como no culpable.
Es importante sopesar la protección de las creaciones de autor y definir hasta donde una creación es completamente genuina un problema que se presentas sobre todo e arte. El derecho habrá de renovarse si es necesario y se desea que llegue lo mejor a estos autores y a este acusado.