Este país tiene que implementar programas que disminuyan el odio religioso e intercultural, pues ningún asesinato es bueno y menos por estas causas. La justicia paquistaní ha dado un castigo ejemplar demostrando que primero están las vidas inocentes antes que la religión. Si la persona asesinado cometió estos actos debió haber sido informado a las autoridades. Estas sociedades idolátricas deben ser pacificadas por todos los medios posibles. La sociedad internacional debe poner atención a estas situaciones críticas que se extienden a países como México, donde el fanatismo guadalupano llega a dañar la integridad de las personas que no comparten sus ideas. Nadie puede ser insultado o dañado por no compartir formas de actuar o pensar. Se desean programas de orientación y concientización, de educación y que se respeten los derechos humanos en todo momento. Se desea paz, y o mejor para lo bueno.
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